En una esquina de esta calle estaba siempre una mujer que pedía limosna a los transeúntes. La mujer se sentaba siempre en el mismo lugar, inmóvil como una estatua, con la mano extendida y los ojos fijos en el suelo. Rilke nunca le daba nada... mientras que su compañera solía darle alguna moneda.
Un día, la joven francesa, asombrada, le preguntó al poeta:
-Le tendríamos que regalar algo a su corazón, no solo a sus manos -respondió el poeta.
Al día siguiente, Rilke llegó con una espléndida rosa, la puso en la mano de la mujer y se disponía a continuar el camino.
Entonces sucedió algo inesperado... la mujer alzó su vista, miró al poeta, se levantó como pudo del suelo, tomó su mano y la besó... luego se fue, estrechando la rosa contra su cuerpo.
Durante una semana nadie la volvió a ver. Pero ocho días después, la anciana apareció de nuevo sentada en la misma esquina, silenciosa e inmóvil como siempre.
- "¿De qué habrá vivido todos estos días que no recibió nada?"-preguntó la joven francesa.
- "De la rosa" -respondió el poeta.
4 comentarios:
¡Hola! me ha encantado de verdad... mucho...
Da para pensar según que cuentos,verdad?
Saludos!.
^^ bonito, lo sacaste de algun sitio o es tuyo cogiendo a Rilke como protagonista? la rosa de la foto me encanta es la que me imagino en el relato
saludos
!danger
Hola, Ker: Ya me gustaría a mi escribir así. Sólo soy un coleccionista y contador de cuentos, y aquí quiero ofrecer aquellos que más me gustan y que pueden ayudar a pensar un poquillo. Nada más. Sí tengo algunos cuentos escritos por mi, pero... no será fácil que ponga alguno mio. Y si lo pongo... seguro que no pongo el autor. Porque los cuentos... no son de nadie más que de quien los cuenta y de quien los escucha. Un beso.
Que bonito lo que dices a Ker y que generoso por tu parte, hay gente que ni un cuento está dispuesto a compartir con nadie y un cuento es una palabra preciosa, está asociada a la niñez, a la ternura, a la enseñanza, a la vida, gracias por tus cuentos amigo cuenta cuentos.
un besote
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