Mis esperanzas volaron hasta el cielo y pensé que los días magros se me habían acabado.
Me quedé esperando limosnas espontáneas, tesoros derramados delante mío.
La carroza se paro a mi lado Me mirasteis y bajasteis sonriendo.
Sentí que la felicidad de mi vida había llegado.
Pero de pronto, me alargasteis la mano diciendo: "¿Puedes darme algo?"
¡Ah! ¡Que ocurrencia la de vuestra realeza! ¡Pedirle vos al mendigo!
Estaba confuso y no sabía qué hacer...saqué despacio de mi zurrón un grano de trigo y os lo di...
Que sorpresa tuve al atardecer cuando, vaciando el saco a tierra, encuentro un grano de oro en medio del montón de granos de trigo.
¡Que amargamente he llorado de no haber tenido corazón por dároslo todo!
Rabindranath Tagore
2 comentarios:
y menuda sorpresa se llevaría sí..
Y una vez un amigo me dijo que la risa nace de la sorpresa!
Besos!.
GENEROSIDAD! que bonito valor nos enseñas hoy...
un besito
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