En los días en que un helado costaba mucho menos, un niño de pocos años entró en un establecimiento y se sentó a una mesa. La camarera puso un vaso de agua en frente de él.
"¿Cuánto cuesta un helado de chocolate con almendras?", preguntó el niño
"1 euro", respondió la camarera.
El niño sacó su mano de su bolsillo y examinó un número de monedas. "¿Cuánto cuesta un helado solo?", volvió a preguntar.
Algunas personas estaban esperando por una mesa y la camarera ya estaba un poco impaciente.
"Setenta y cinco céntimos", dijo ella bruscamente.
El niño volvió a contar las monedas.
"Quiero el helado solo", dijo el niño.
La camarera le trajo el helado, y puso la cuenta en la mesa y se fue. El niño terminó el helado, pagó en la caja y se fue. Cuando la camarera volvió, empezó a limpiar la mesa y entonces le costó tragar saliva con lo que vio:
Allí, puesto ordenadamente junto al plato vacío, había veinticinco céntimos, ¡su propina!
10 comentarios:
Vaya, tu relato me dejo sin palabras, es increible como un niño dentro de su inocencia es capaz de tener más concsiencia que una persona adulta...
Hermoso en verdad
Ya lo dice una canción que me gusta mucho!
Dar solamente aquello que te sobra, nunca fue compartir sino dar limosna.Y éste niño menuda lección nos da hoy...
un besito a mi cuentacuentos genial!!
A veces esta bien que te restriegen un poco de humanidad.
Besito.
Precioso ejemplo de humanidad, creó que los niños son grandes maestros en muchos valores humanos que los mayores vamos perdiendo.
Un beso hasta el cielo.
Loly, la mamá de Ainhoa
He leído varias historias, todas muy emotivas, sobretodo esta que me ha conmovido.
Me encantó tu blog, muy original.
Saludos
Hola.
La verdad es que da un poco de verguenza que un pitufo nos de clases dde humanidad y generosida, pero así es en tu cuento.
Yo personalmente procuraré no olvidarlo.
Hoy
Hola.
Se me cortó el mensaje.
Sólo quería decirte que desde Coruña te envío un biquiño.
Graciñas por el cuento
Diana.
Lo conocía y me encanta. Es muy tierno este texto!
Un abrazo!
que tierno por Dios! Hoy en un post se comentó la poca paciencia de vendedores o cajeros con la gente anciana, este cuento me lo recordó, porque no pueden ser amables y tomarse un poquito de tiempo para entender y escuchar a los más débiles como los niños y los viejos, un beso grande Tía Elsa
me parece super bn...... lo k hizo de niño....al = los niños son mas tiernos k los adultos.......
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