martes, 13 de mayo de 2008

El billete de 100 euros

Oscar, con el rostro abatido de pesar se reúne con su amiga Emilia en un bar a tomar un café. Deprimido descarga en ella sus angustias: ..Que el trabajo, que el dinero, que la relación con su pareja, que su vocación... todo parecía estar mal en su vida. Emilia introdujo la mano en la cartera, sacó un billete de 100 euros. Y le dijo:
- Oscar, ¿quieres este billete?
Oscar, un poco confundido al principio, inmediatamente le dijo:
- Pues claro, Emilia...son 100 euros., ¿quién no los querría?
Entonces Emilia cogió el billete en una de sus manos y lo arrugó hasta hacerlo una pequeña pelota. Enseñando la macerada pelotita verde a Oscar, volvió a preguntarle:
- Y ahora, ¿todavía lo quieres?
- Emilia, no sé qué pretendes con esto, pero siguen siendo 100 euros., pues claro que los cogeré si me los das.
Entonces Emilia desplegó el arrugado billete, lo tiro al suelo y lo pisó con su pie, estaba después sucio y marcado.
- ¿Lo sigues queriendo?
- Mira Emilia, sigo sin entender que quieres, pero este es un billete de 100 euros y mientras no lo rompas conserva su valor...
- Entonces, Oscar, tienes que saber que aunque a veces algo no salga como quieres, aunque la vida te golpee o te hunda sigues siendo tan valioso como siempre lo has sido. Lo que tienes que preguntarte es cuánto vales en realidad y no cómo puedas estar de destrozado en un momento determinado.
Oscar quedó mirando a Emilia sin acertar a decir ninguna palabra mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en su cerebro. Emilia cogió el arrugado billete y con una sonrisa cómplice agregó:
- Toma, consérvalo para que te recuerdes de esto cuando te sientas mal...pero me debes un billete nuevo de 100 euros. ¡Para poderlo usar con el próximo amigo que lo necesite!
Dio un beso a la mejilla de Oscar- que todavía no había pronunciado palabra - y alzándose de su silla se alejó con su atractivo andar, hacia la puerta. Oscar volvió a mirar el billete, sonrió, lo guardó en la cartera y dotado de una renovada energía llamó al camarero para pagar la cuenta..."

13 comentarios:

MARNIE dijo...

Vaya! por que no son horas, pero mañana le contaré esta historia a mi hijo... (un poco derrotista el hombre..)
Gracias, como siempre por tus enseñanzas
Besos
Marnie

Mediterráneo dijo...

En cierta ocasión me contarón esta historia con uno de cinco.
Me gusta lo que quiere trasmitir, lo que nos enseña, aquello que no vemos por estar obcecados en otras cosas.
Hay que saber siempre cuánto valemos.

Un beso, Cuentacuentos

tia elsa dijo...

Estimado Hoy quiero contarte: como siempre los cuentos maravillosos, un placer leerte. Con respecto al comentario que dejaste en mi blog, quiero decirte que son cierta clase de hombres, obvio que hay muchos pero muchos que son HOMBRES de verdad, sino ninguna de las mujeres estaría en pareja y tendría hijos (además soy madre de un hombre y de un futuro hombre jajaja). Solo hablamos de los pervertidos que los hay, pero seguro hay más de los otros con mayúscula, entre los cuales seguramente estas tu. Un abrazo grande Tía Elsa

Anónimo dijo...

Como siempre resulta un agrado
pasar por tu hogar virtual y leer
estas bellas reflexiones, siempre
necesarias. Demás está decir que
hacen muy bien al ser.

Dejo mi cariño a la distancia.

Un fortísimo abrazo.

Diana dijo...

Hola
Hoy Quiero Contarte Un Cuento!
Bonita enseñanza.
Buen ejemplo de que valemos por lo que somos, no por lo que parecemos.
Un amigo es un amigo aún en horas bajas, verdad?
Yo sigo siendo yo aunque no esté en mi mejor momento, verdad?
Graciñas, como siempre, me ha encantado.
Desde Coruña, Hoy quiero mandarte un bico.
Diana.

Xiketä dijo...

Que moraleja tan bonita tiene este cuento (como todos los que publicas, debo decir).
Las personas a veces no nos valoramos lo que realmente debemos, los problemas tienden a hundirnos tanto a veces, que perdemos el sentido de la vida con facilidad.
Muy bonito.
Besos

Sara dijo...

Precioso,precioso!!!!al ir leyéndolo, hoy me acuerdo especialmente de Loly la mamá de Ainhoa, espero que cuando lo lea vea reflejado en él , el enorme cariño que les tenemos por ser como son, por ser así, y poco a poco se despoje del dolor que la está invadiendo y lo arrugue, y lo pise y lo desheche y guarde con fuerza sobre todo... esos tantos billetes, (no de 100 euros), sino de generosida, bondad, humildad, fortaleza, que Loly y Carlos tienen para compartir con gente que les necesita mucho.Hoy quiero posar ese besito en la mejilla de Loly a través de tu cuento amigo mio.
Muackkkk

Camille Stein dijo...

precioso...

:)

pünktchen dijo...

me encanta este cuento, es precioso.

Lucia Luna dijo...

Que bo, doncs si, tindríem que donar valor a les coses com en aquest conte, el trobo genial, sempre em carregues d'energia positiva, a mi també m'agrada molt la sensibilitat que mostres, si no aquests contes passarien desapercebuts per tu :) ets un sol.
Un petonet, i molt bona nit.

Gracies pels teus comentaris.

Pequeña Ainhoa dijo...

Me encanta este cuento, permiteme copiarlo y guardarlo.
Gracias por tu apoyo y por todo en general, hoy estoy algo más animadita.
Un beso hasta el cielo.
Loly, la mamá de Ainhoa.
Gracias a todos los que siempre estais a mi lado hoy estoy de nuevo luchando en la vida.

Hoy quiero contarte dijo...

Esa es nuestra Loly, ánimos. Un beso hasta el cielo.

Luna Carmesi dijo...

No es habitual pagar los cafes con un billete de 100 euros pero ha valido la pena...
:-)