viernes, 6 de junio de 2008
El precio de la pregunta
El sabio vivía enseñando que las respuestas están dentro de nosotros mismos. Pero sus fieles insistían en consultarlo acerca de todo lo que hacían.
Un día, el rabino tuvo una idea: colocó un cartel en la puerta de su casa, y escribió:
RESPONDO CADA PREGUNTA POR 100 MONEDAS
Un comerciante decidió pagar. Le dio el dinero al rabino, mientras comentaba:
-¿No le parece que es un poco caro cobrar tanto por una pregunta?
-Me parece -dijo el rabino. -Y acabo de responderla. Si quieres saber más, tendrás que pagar otras cien monedas. O busca la respuesta dentro de tí mismo, que es más barato y más eficaz.
A partir de ese día, nunca más lo molestaron.
Un día, el rabino tuvo una idea: colocó un cartel en la puerta de su casa, y escribió:
RESPONDO CADA PREGUNTA POR 100 MONEDAS
Un comerciante decidió pagar. Le dio el dinero al rabino, mientras comentaba:
-¿No le parece que es un poco caro cobrar tanto por una pregunta?
-Me parece -dijo el rabino. -Y acabo de responderla. Si quieres saber más, tendrás que pagar otras cien monedas. O busca la respuesta dentro de tí mismo, que es más barato y más eficaz.
A partir de ese día, nunca más lo molestaron.
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8 comentarios:
Hace tiempo que me paso por aquí pero hoy me he decidido a escribir un comentario simplemente para felicitarte, maravilloso blog. Me quedo.
Qué grande. Gracias por esta lección. A estas horas es hermoso lanzar otra sonrisa. Aunque sea (otra vez) a una pantalla.
Un (b)eso!
Un cuento breve y sin embargo lleno de sabiduría, como siempre los que posteas nos hacen pensar, reflexionar, meditar, etc. etc.Con gran afecto Tia Elsa
con ese precio, las respuestas vienen solas... :)
un beso
Hooola, quants de dies sense poder passar per aqui, però veus jo si que necessito les monedes, i tinc que treballar tots els dies hehehe
Bo aquest tambè, com sempre cada vegad aque passo aprenc alguna cosa positiva.
Petons i molt bon cap de setmana maco.
Precioso, como me gusta leer tus cuentos.
A descansar el fin de semana. Un saludo.
Y mi beso hasta el cielo.
Loly, la mamá de Ainhoa.
Que sabio es el rabino.
me gustan estos post que te permiten reflexionar...
un abrazo,.
una verdad como un templo.......
abracitos
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