¿Qué vende aquí? –preguntó.
¡Todo lo que desea su corazón! contestó Dios.
Apenas creyendo lo que escuchaba, la señora decidió pedir lo mejor que podía desear un ser humano.
Quiero una mente tranquila, amor, felicidad, sabiduría y ser libre del temor, dijo.
Y luego agregó, no sólo para mí sino para todas las personas del mundo.
Dios sonrió, diciendo:
Creo que no me has entendido, mujer, aquí no vendemos los frutos, aquí sólo vendemos las semillas.
11 comentarios:
Dios siempre con su sabiduria.
Paso a desearte unas felices vacaciones.
Un abrazo, Cuentacuentos.
Nos enseñan a pescar, no a tener el producto terminado, como siempre un placer leerte, un saludo de Tia Elsa.
Qué grande.
Da gusto leer tus historias al concluir la jornada.
Un (b)eso!
Que bonita historia..
Siempre salgo con la mente llena de positivismo cada vez que te leo..
un abrazo.
Que bonito cuento.
Es verdad que los frutos nacen de nosotros mismos, por muy buenas semillas que nos coloque Dios.
1besitoo
Hola!
De Blog en Blog..encontré el tuyo! Y me encanta!
Me gustaría que te pasaras por el mío..No es gran cosa, porque todavía estoy empezando..
http://miradas-sinceras.blogspot.com/
un Besoo *
Es un placer visitar tu blog y leerte. Perdóname sino visito asiduamente tu blog, porque con tantos me pierdo.
Me gustan mucho tus relatos siempre saco conclusiones de ellos.
Un besazo.
Y el que siembra...recoje siempre.
Un abrazo cuentacuentos querido, ¿ya estás de vacaiones? te faltará poquito como a mi, asi es que... disfruta de tu tiempo de descanso.
Un abrazo amigo
¿Habrá una buena guia para comprar estas semillas?
Fantasticas historias, no pensé que esto de los cuentos fuera paro adultos tambien, si algun día sueño con algo parecido a esta historia, ya sabré que pedirle a Dios..
Saludos!!
Por cierto me tomé el atrevimiento de linkearte a mi blog, es que me encantó el tuyo!
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